Hechos sobre: Blastocerus dichotomus
El ciervo de los pantanos, conocido también como ciervo de los bañados, ostenta el título de ser la especie de ciervo más grande de América del Sur. Estos impresionantes animales pueden alcanzar hasta 2 metros de longitud y medir alrededor de 1.2 metros de altura en el hombro. Se encuentran en países como Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Uruguay y Paraguay. Antiguamente, vagaban por las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, pero hoy en día están confinados principalmente a poblaciones aisladas en pantanos y áreas de lagunas dentro de cuencas fluviales. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los clasifica como vulnerables y están protegidos bajo el Apéndice I de CITES.
Los ciervos de los pantanos son fácilmente identificables por sus grandes orejas bordeadas de pelos blancos y su pelaje de color rojizo dorado a marrón leonado. Los machos de esta especie lucen astas bifurcadas, lo que añade a su apariencia distintiva. Estos ciervos suelen vivir solos o en pequeños grupos, y deben mantenerse alerta ante depredadores como jaguares y pumas. Prosperan en áreas pantanosas con aguas poco profundas, que no solo les proporcionan alimento, sino también un lugar para nadar. Su dieta consiste principalmente en plantas acuáticas y varía según la estación.
La temporada de apareamiento para el ciervo de los pantanos generalmente ocurre durante los meses secos, con un período de gestación de aproximadamente 271 días. Las crías suelen nacer entre octubre y noviembre. Para asegurar la supervivencia del ciervo de los pantanos, los esfuerzos de conservación se centran en proteger sus hábitats de la destrucción, frenar la caza furtiva y gestionar la propagación de enfermedades provenientes del ganado. Establecer parques nacionales y otras áreas protegidas juega un papel crucial en estas estrategias de conservación, con el objetivo de preservar tanto al ciervo de los pantanos como su entorno natural.