Hechos sobre: Rhinella marina
El sapo de caña, también conocido como sapo neotropical gigante o sapo marino, es un anfibio robusto originario de América del Sur y América Central continental. Con el tiempo, se ha extendido a varias islas en Oceanía, el Caribe y el norte de Australia. Como el sapo más grande del mundo, pertenece al género Rhinella. Curiosamente, los registros fósiles de Colombia indican que los sapos de caña han permanecido prácticamente inalterados a lo largo del tiempo. Se reproducen prolíficamente y tienen una dieta diversa, alimentándose tanto de materia muerta como viva, lo que les ha ayudado a prosperar como especie invasora. Notablemente, los sapos de caña poseen glándulas venenosas y sus renacuajos son extremadamente tóxicos, representando una amenaza particular para los perros.
La clasificación del sapo de caña ha cambiado con el tiempo, trasladándose del género Bufo al género Rhinella. En Australia, a menudo se los confunde con ranas nativas, pero tienen características distintivas que los diferencian. La secuenciación del genoma del sapo de caña ha proporcionado información sobre su adaptabilidad y la naturaleza de sus toxinas.
Los sapos de caña fueron introducidos en varias regiones principalmente para el control de plagas, siendo el caso más notorio el de Australia. Fueron traídos para controlar plagas en los campos de caña de azúcar, pero esto resultó contraproducente, causando un daño significativo a la biodiversidad nativa. Las toxinas en su piel y glándulas son peligrosas para los depredadores, incluidos los humanos y las mascotas.
Tradicionalmente, los sapos de caña se han utilizado para veneno de flechas, alimento y otros propósitos. Hoy en día, también se emplean en investigación de laboratorio, producción de cuero y posibles aplicaciones médicas. Desafortunadamente, ahora están clasificados como una especie invasora en más de 20 países, causando un daño significativo a la vida silvestre local donde se establecen.
En Australia, particularmente en lugares como el Parque Nacional Kakadu, los estudios han demostrado que los sapos de caña han tenido efectos devastadores en especies nativas como el quoll del norte y el varano de Mertens. La drástica disminución de estas poblaciones tras la introducción de los sapos de caña subraya la grave amenaza que representan como especie invasora.