Hechos sobre: Budorcas taxicolor
El takín, a menudo conocido como la cabrañu o el "bovino camurro", es una fascinante especie de ungulado grande nativa del Himalaya oriental. Este intrigante animal pertenece a la subfamilia Caprinae y se divide en cuatro subespecies: el takín de Mishmi, el takín dorado, el takín tibetano y el takín de Bután. A pesar de clasificaciones anteriores que los agrupaban con los bueyes almizcleros, estudios recientes revelan que los takines están más estrechamente relacionados con las ovejas. Notablemente, el takín ostenta el título de animal nacional de Bután.
En términos de apariencia, el takín tiene un parecido notable con el buey almizclero, con un cuerpo robusto, pecho profundo y una nariz larga y arqueada. También presentan cuernos gruesos que los hacen destacar. El color de su pelaje varía significativamente entre las subespecies, con tonos que van desde el negro oscuro hasta marrón rojizo, dorado o blanco cremoso. Una característica única del takín es la secreción aceitosa que cubre sus cuerpos, dándoles una apariencia ligeramente hinchada y un olor distintivo.
Los takines prosperan en diversos entornos, desde valles boscosos hasta zonas alpinas, generalmente a altitudes entre 1,000 y 4,500 metros sobre el nivel del mar. Normalmente viven en pequeños grupos familiares y tienen una dieta que consiste en hojas, pastos, brotes de bambú y flores. Durante el invierno, los takines migran a áreas boscosas más bajas y a menudo se encuentran en lugares soleados.
Sin embargo, los takines enfrentan amenazas de varios depredadores naturales, incluidos osos negros asiáticos, leopardos, tigres, lobos, leopardos de las nieves y dholes. Los seres humanos también representan un riesgo significativo debido a la caza excesiva y la destrucción del hábitat. En consecuencia, los takines están clasificados como En Peligro en China y Vulnerables por la UICN.
Los esfuerzos de conservación para los takines incluyen programas de reproducción en cautiverio en zoológicos y reservas de vida silvestre. A pesar de estas medidas, los takines continúan enfrentando desafíos debido a las actividades humanas y el comercio ilegal de vida silvestre, particularmente por sus cuernos. Proteger a estos animales únicos requiere dedicación y esfuerzo continuos.