Hechos sobre: Camelus bactrianus
El camello bactriano, una fascinante criatura nativa de Asia Central, destaca por sus dos jorobas distintivas. Estos grandes ungulados artiodáctilos han sido animales de carga esenciales durante siglos, especialmente a lo largo de la histórica Ruta de la Seda, gracias a su notable capacidad para soportar el frío, la sequía y las altas altitudes. Es importante notar que los camellos bactrianos domesticados difieren de sus contrapartes salvajes, siendo esta última la única especie de camello verdaderamente salvaje.
Tanto los camellos bactrianos domesticados como los salvajes, junto con el dromedario (el camello de una joroba), pertenecen al género Camelus. El nombre científico del camello bactriano, Camelus bactrianus, fue asignado por Carl Linnaeus en 1758. Curiosamente, un estudio filogenético de 2007 reveló que los camellos bactrianos y los dromedarios se separaron en especies distintas hace unos dos millones de años. Aunque pueden cruzarse y producir descendencia fértil, existe una divergencia genética significativa del 10,3% entre ellos.
Los camellos bactrianos son los más grandes de las especies de camellos, fácilmente reconocibles por sus abrigos peludos y sus dos jorobas que almacenan grasa. Estos camellos están increíblemente bien adaptados a entornos extremos, migran para encontrar recursos y pueden sobrevivir con poca agua. Son herbívoros con una dieta que incluye una amplia gama de vegetación y pueden incluso consumir nieve para mantenerse hidratados. Los camellos bactrianos son ovuladores inducidos, con un período de gestación de aproximadamente 13 meses, generalmente dando a luz a una cría, a veces dos.
Los camellos bactrianos domesticados han sido invaluables para los humanos durante miles de años, remontándose a antes del 2500 a.C. Han sido utilizados para transportar cargas y como montura, y su importancia se refleja en varias obras de arte históricas. En un giro histórico interesante, los camellos bactrianos fueron llevados a los Estados Unidos en el siglo XIX. Aunque eventualmente fueron liberados en la naturaleza, lo que llevó a pequeñas poblaciones ferales en los desiertos del suroeste.
Para aquellos interesados en documentales, "La historia del camello que llora" es una conmovedora película mongola sobre una familia de pastores nómadas que lidia con un ternero de camello que ha sido rechazado por su madre. Actualmente, se estima que la población global de camellos bactrianos, en su mayoría domesticados, es de alrededor de dos millones.