Hechos sobre: Przewalskium albirostris
El ciervo de Thorold, también conocido como el ciervo de labios blancos, es una especie fascinante pero amenazada, nativa de las zonas de gran altitud del este de la meseta tibetana. Este majestuoso animal fue descrito por primera vez por el explorador Nikolái Przewalski en 1883, y su nombre rinde homenaje a G. W. Thorold, quien obtuvo los primeros especímenes.
A partir de 2011, hay más de 100 ciervos de Thorold en zoológicos registrados por ISIS, mientras que aproximadamente 7,000 aún habitan en estado salvaje. El nombre de la especie, albirostris, hace referencia a su distintivo hocico y labios blancos.
El ciervo de Thorold es una de las especies de ciervos más grandes, con machos que pesan entre 180 y 230 kg y hembras entre 90 y 160 kg. Son fácilmente reconocibles por sus grandes astas, largas orejas y adaptaciones especiales que les permiten prosperar en entornos de gran altitud.
Estos ciervos se encuentran principalmente en poblaciones dispersas a lo largo de las provincias chinas de Tíbet, Sichuan y Qinghai, viviendo a elevaciones de 3,500 a 5,100 metros. Migran estacionalmente, desplazándose desde los pastizales altos de verano hacia terrenos más bajos durante el invierno. Los ciervos de Thorold son crepusculares, es decir, están más activos durante el amanecer y el atardecer, y suelen vivir en manadas, pastando en hierbas y ciperáceas.
La temporada de celo para el ciervo de Thorold ocurre de septiembre a noviembre. Durante este tiempo, los machos compiten por las hembras mediante diversas exhibiciones y vocalizaciones. Las hembras dan a luz a una sola cría en mayo o junio después de un periodo de gestación de 220 a 250 días. Las crías nacen con manchas blancas y pueden ponerse de pie dentro de los 40 minutos posteriores al nacimiento, alcanzando la madurez sexual en su segundo o tercer año.
Desafortunadamente, el ciervo de Thorold enfrenta amenazas significativas debido a actividades humanas, como la agricultura y la caza para obtener carne y medicinas tradicionales. Están catalogados como vulnerables por la UICN y son una especie protegida de Clase I en China. Los esfuerzos de conservación incluyen la cría en cautiverio y los programas de protección en zoológicos de todo el mundo.