Hechos sobre: Osteopilus septentrionalis
La rana arbórea cubana, originaria de Cuba, las Bahamas y las Islas Caimán, se ha convertido en una especie invasora en varias partes de América. Estas ranas son bastante grandes, midiendo entre 5 y 14 centímetros, y tienen una dieta variada que incluye incluso otras ranas arbóreas nativas. Sus renacuajos son competidores formidables, a menudo superando a los renacuajos nativos y afectando su crecimiento y desarrollo.
De hecho, las ranas arbóreas cubanas ostentan el título de ser las ranas arbóreas más grandes de América del Norte. Tienen una piel rugosa y verrugosa que puede cambiar de color para camuflarse con su entorno. Una de sus características únicas es la piel fusionada en sus cabezas, y pueden secretar un moco tóxico como mecanismo de defensa. Estas ranas son principalmente nocturnas y tienen un gran apetito, lo que a veces las lleva a trepar postes de servicios públicos y causar apagones. Se reproducen durante todo el año, con las hembras poniendo cientos de huevos a la vez.
Estas ranas se han extendido a nuevas áreas, a menudo viajando como polizones en barcos de carga, y ahora se encuentran en lugares como Florida, Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Como depredadores invasores, representan una seria amenaza para los ecosistemas nativos al depredar especies locales y competir con ellas por recursos.
Aunque las ranas arbóreas cubanas están disponibles en el comercio de mascotas, no son la mejor opción como animales de compañía. Pueden ser caníbales y su moco tóxico puede ser dañino. En lugares como Hawái, vender estas ranas es ilegal y su importación puede resultar en multas considerables. Los expertos aconsejan controlar sus poblaciones en nuevos hábitats para proteger la fauna nativa y mantener la biodiversidad.