Hechos sobre: Lullula arborea
La alondra arbórea, también conocida como alondra de bosque, es la única especie restante en el género Lullula. Estas aves se distribuyen a lo largo de Europa, el Medio Oriente, Asia occidental y las montañas del norte de África. Mientras que tienden a permanecer en la parte occidental de su rango, las poblaciones orientales son más propensas a migrar hacia el sur durante el invierno. Existen dos subespecies de alondra arbórea: Lullula arborea arborea y Lullula arborea pallida, cada una con una distribución específica.
Las alondras arbóreas se alimentan principalmente de semillas, pero cambian a insectos durante la temporada de reproducción. Esta ave tiene una fascinante historia taxonómica, remontándose a la descripción de Linneo en 1758. El nombre "alondra arbórea" proviene de la palabra francesa "lulu", que imita el sonido de su canto. Son aves pequeñas, midiendo entre 13.5 y 15 centímetros de longitud, con plumaje marrón, partes inferiores pálidas y una cola con puntas blancas.
Una de las características más encantadoras de la alondra arbórea es su melodioso canto, que suena como "lu-lu-lu-" o una serie de "lū-lū-lū-lū-lū-." A menudo se las escucha cantar mientras vuelan. Prefieren hábitats como brezales, áreas abiertas con árboles dispersos, claros en bosques de pinos y áreas recién plantadas con pinos. Incluso aparecen en entornos urbanos a veces, especialmente en suelos perturbados.
Durante la temporada de reproducción, los machos de la alondra arbórea realizan un impresionante vuelo de canto similar al de las alondras comunes, ascendiendo en espiral mientras cantan. Comienzan a reproducirse temprano en la temporada, construyendo nidos en el suelo. Su dieta consiste principalmente en semillas, pero añaden insectos durante la reproducción. Desafortunadamente, enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat debido a la agricultura, el desarrollo y los incendios forestales.
En Europa, se estima que la población de alondras arbóreas está entre 1.3 y 3.3 millones de parejas reproductoras. La Lista Roja de la UICN las clasifica como de "preocupación menor", lo que significa que actualmente no están en riesgo de extinción. No obstante, sus números han fluctuado a lo largo de los años, lo que ha llevado a esfuerzos de conservación enfocados en proteger sus hábitats.