Hechos sobre: Bonaparte Visiting the Plague Victims of Jaffa
La pintura "Bonaparte visita a los apestados de Jaffa" fue encargada por Napoleón Bonaparte en 1804 para representar un evento de su campaña en Egipto. Creada por Antoine-Jean Gros, la obra muestra a Napoleón visitando a sus soldados enfermos en el Monasterio Armenio de San Nicolás en Jaffa. La pintura tenía la intención de mejorar la imagen de Napoleón y contrarrestar los rumores de que había ordenado la ejecución de las víctimas de la peste con opio durante su retirada de Siria.
Esta pieza forma parte de la colección de pinturas francesas del Louvre y se exhibió por primera vez en septiembre de 1804 en el Salón de París. Esta exposición coincidió con la transición de Napoleón de ser proclamado emperador a su coronación en Notre-Dame de París en diciembre. Dominique Vivant Denon, quien acompañó a Napoleón en su expedición egipcia y se desempeñó como director del Louvre, proporcionó orientación a Gros sobre la pintura.
La composición de la pintura está inspirada en "El juramento de los Horacios" de Jacques-Louis David, presentando tres arcadas distintas que simbolizan diferentes reinos. Ambientada en el Monasterio Armenio de San Nicolás en Jaffa, la pintura muestra a Napoleón interactuando con sus soldados enfermos. Un punto culminante dramático es cuando Napoleón toca un bubón, un gesto que puede interpretarse como valiente o imprudente, dependiendo de la perspectiva sobre la leyenda napoleónica.
La visita representada tuvo lugar durante un brote de peste bubónica entre las tropas francesas en Jaffa. Los sacerdotes armenios proporcionaron medicinas que ayudaron a algunos soldados a recuperarse, y el gesto de gratitud de Napoleón hacia el patriarca armenio está presente en la pintura. Diversos elementos, como un hombre ciego que sufre tanto de ceguera como de peste, añaden capas a la narrativa.
Las prácticas médicas de la época, como la incisión de bubones, eran en gran medida ineficaces contra la enfermedad. La pintura retrata el sufrimiento de los soldados de manera realista, marcando una desviación del idealismo de obras anteriores. Este episodio también refleja la controvertida sugerencia atribuida a Napoleón de administrar dosis fatales de opio a los enfermos durante el asedio de Acre.