Hechos sobre: Fulmarus
Los fulmares son aves marinas fascinantes, reconocidas por su vuelo de alas rígidas y sus distintivas narices tubulares. Pertenecen a la familia Procellariidae, la cual incluye dos especies vivas y dos especies fósiles extintas del período Mioceno. Los fulmares típicamente se reproducen en acantilados, donde ponen uno, o a veces dos, huevos en rocas desnudas o repisas cubiertas de hierba. Fuera de la temporada de reproducción, vagan por el océano abierto, alimentándose de peces, calamares y camarones. Notablemente, estas aves pueden vivir hasta 40 años.
En términos de taxonomía, los fulmares comparten varios rasgos con otros miembros de la familia Procellariidae y del orden más amplio de Procellariiformes. Estos rasgos incluyen pasajes nasales que se conectan al pico superior y un pico estructurado de manera única. También producen un aceite especial en el estómago, almacenado en el proventrículo, que pueden rociar como mecanismo de defensa. Además, los fulmares tienen una glándula salina sobre su pasaje nasal, la cual les ayuda a manejar el contenido de sal en sus cuerpos.
El nombre del género "Fulmarus" proviene de palabras del nórdico antiguo: "fúll" que significa fétido y "már" que significa gaviota, una referencia al fuerte olor de su aceite estomacal. Las dos especies vivas de fulmares son el fulmar boreal (Fulmarus glacialis) y el fulmar austral (Fulmarus glacialoides). Aunque habitan en diferentes regiones oceánicas, comparten muchas características similares.
Ambas especies se reproducen en acantilados, donde ponen un solo huevo blanco en nidos poco profundos forrados con material vegetal. A diferencia de algunas otras aves marinas, los fulmares no son reproductores nocturnos y no utilizan madrigueras. Son alimentadores pelágicos, lo que significa que cazan peces, calamares, camarones y otras formas de vida marina en el océano abierto. Con el tiempo, su rango se ha expandido debido a la disponibilidad de alimentos, aunque el cambio climático podría afectar esto.
Históricamente, los fulmares han sido cazados para alimento, lo que ha llevado a declives en las poblaciones en áreas explotadas intensamente. Por ejemplo, su carne fue una vez un alimento básico para las comunidades en la Isla de St Kilda. Curiosamente, la población de fulmares no experimentó un aumento repentino cuando los habitantes humanos abandonaron St Kilda en 1930.
Los fulmares son aves marinas únicas con rasgos y comportamientos distintivos, desempeñando roles cruciales en sus ecosistemas. A pesar de la explotación pasada, su resistencia y adaptabilidad continúan haciendo de ellos una parte vital del medio ambiente marino.