Hechos sobre: Plectrophenax nivalis
El escribano nival es un ave fascinante, perfectamente adaptada a la vida en el Ártico. Este pájaro paseriforme puede ser avistado en todo el hemisferio norte e incluso cuenta con algunas pequeñas poblaciones en regiones montañosas altas fuera del Ártico.
De tamaño mediano, esta ave se distingue por su apariencia llamativa: los machos presentan principalmente plumaje blanco con algunas marcas negras, lo que facilita su identificación. Poseen características interesantes como patas emplumadas (tarsos) y sus colores de cría no varían a lo largo de la temporada. A veces, se les confunde con el escribano de McKay, e incluso pueden hibridarse con otras especies.
Los escribanos nivales pertenecen a la familia Calcariidae, con cuatro subespecies diferentes, cada una con un plumaje distintivo. Durante la temporada de cría, habitan la tundra ártica, pero en invierno migran a zonas templadas del norte. Prefieren anidar en áreas rocosas y su dieta se compone principalmente de semillas, pastos y pequeños invertebrados. Los machos son los primeros en migrar al Ártico para la cría. Estas aves migran de noche, utilizando los campos magnéticos de la Tierra para orientarse.
La comunicación es esencial para los escribanos nivales. Los machos cantan para atraer a las hembras, y la frecuencia de sus cantos está relacionada con su capacidad para encontrar alimento, lo que influye en la elección de pareja por parte de las hembras. Forman parejas monógamas y los machos colaboran activamente, ayudando a las hembras durante el periodo de incubación.
Sin embargo, el cambio climático está amenazando a los escribanos nivales, provocando la desincronización de sus tiempos de cría y una mayor competencia con otras especies.