Hechos sobre: Sternula albifrons
El charrancito, un encantador ave marina de la familia Laridae, pertenecía anteriormente al género Sterna. Su nombre proviene del término inglés "tern" (charrán), mientras que su epíteto específico, albifrons, combina las palabras latinas para "blanco" y "frente". Con el tiempo, las subespecies que se encontraban en América del Norte y el Mar Rojo se han reclasificado como especies distintas: el charrán mínimo y el charrán de Saunders, respectivamente.
Estas aves son grandes viajeras. Se reproducen a lo largo de las costas templadas y tropicales, así como en vías fluviales interiores en Europa y Asia. Durante el invierno, migran a los cálidos océanos subtropicales y tropicales. Existen tres subespecies principales: albifrons, que se encuentra desde Europa hasta el norte de África y Asia occidental; guineae, localizada en África occidental y central; y sinensis, que habita en Asia oriental, Australia y Nueva Guinea.
Los charrancitos son aves sociales que anidan en colonias en playas de grava o guijarros y en islas. Generalmente ponen entre dos y cuatro huevos y son ferozmente protectores de sus sitios de anidación, mostrando a menudo un comportamiento agresivo hacia cualquier posible amenaza. Su dieta se compone principalmente de peces, que capturan zambulléndose en el agua. Durante el cortejo, los machos realizan un encantador ritual de ofrecer peces a sus posibles parejas.
Físicamente, estas aves son bastante pequeñas y distintivas, con un pico amarillo con la punta negra y patas amarillas a juego. En su plumaje reproductivo, su frente blanca las hace fácilmente identificables. Su llamada es un ruido fuerte y chirriante que destaca entre otras aves marinas.
En el pasado, los charrancitos eran abundantes a lo largo de las costas, ríos y humedales de Europa. Desafortunadamente, sus números han disminuido debido a la pérdida de hábitat, la contaminación y las perturbaciones humanas. Las poblaciones interiores han sido particularmente afectadas por los cambios en el hábitat causados por presas, la regulación de ríos y la extracción de sedimentos. No obstante, se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger las poblaciones restantes, especialmente a lo largo de sistemas fluviales como el Loira/Allier en Francia y el Drava en Hungría y Croacia. El charrancito también está protegido bajo el Acuerdo para la Conservación de Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia (AEWA).