Hechos sobre: Capra aegagrus creticus
El kri-kri, también conocido como la cabra cretense, agrimi o íbice cretense, es una fascinante especie de cabra asilvestrada que habita en el Mediterráneo Oriental, principalmente en la isla de Creta en Grecia y en algunas islas adyacentes. Aunque en su momento se pensó que era una subespecie de cabra salvaje, ahora se reconoce como un tipo distinto de cabra doméstica asilvestrada.
Estas cabras presentan un pelaje marrón claro con una banda más oscura alrededor del cuello, y cuernos llamativos que se curvan hacia atrás. Son naturalmente tímidas y tienden a evitar a los humanos, mostrando una agilidad increíble al saltar y trepar acantilados con facilidad.
Se cree que el kri-kri fue llevado a Creta durante la civilización minoica y ahora es nativo de la isla. Uno de sus últimos refugios es la cordillera de las Montañas Blancas en el oeste de Creta. Desafortunadamente, la especie es vulnerable, con solo alrededor de 2,000 individuos restantes. Enfrentan amenazas como la caza, la pérdida de hábitat, enfermedades y la hibridación con cabras domésticas.
En Creta, el kri-kri tiene un significado cultural y es un símbolo de la isla. A menudo se presenta en la promoción turística y en la literatura oficial. A pesar de su importancia, el kri-kri no está protegido por las leyes de especies en peligro porque se considera asilvestrado. Sin embargo, estudios moleculares han demostrado que el kri-kri desciende de algunas de las primeras cabras domesticadas en el Mediterráneo Oriental, que datan de alrededor del 8000-7500 a.C. Esto lo convierte en un vínculo único con la domesticación temprana de cabras.
En lugar de medidas tradicionales de conservación, la protección del kri-kri se rige por leyes de patrimonio cultural. Este enfoque tiene como objetivo preservar tanto la especie como su importancia histórica para la isla de Creta.