Hechos sobre: Leucogeranus leucogeranus
La grulla siberiana, también conocida como grulla blanca siberiana o grulla de nieve, es un destacado miembro de la familia de las grullas. Estas aves están cubiertas principalmente de plumas blancas como la nieve, con llamativas plumas primarias negras que son visibles durante el vuelo. Tienen dos principales lugares de reproducción en la tundra ártica del oeste y este de Rusia. En invierno, el grupo oriental se dirige a China, mientras que el grupo occidental migra a Irán, y anteriormente pasaban los inviernos en Bharatpur, India.
Estas grullas son famosas por sus largas migraciones. Lamentablemente, sus números disminuyeron significativamente en el siglo XX debido a la caza y la degradación de sus hábitats a lo largo de sus rutas migratorias. Para 2010, se estimaba que solo quedaban alrededor de 3,200 ejemplares, la mayoría del grupo oriental que inverna en China.
La grulla siberiana fue descrita por primera vez por Peter Simon Pallas en 1773. En 2010, fueron reclasificadas en el género Leucogeranus. Los adultos son predominantemente blancos con algunas marcas negras y presentan comportamientos interesantes, como cubrirse con barro durante la temporada de reproducción y emitir llamados distintivos.
Debido a la pérdida de hábitat, las áreas de reproducción de estas grullas ahora se limitan a dos regiones separadas en el oeste y este de Rusia. Prefieren los pantanos y humedales poco profundos y son muy leales a sus sitios de reproducción. Estas aves son territoriales y muy activas durante el día, alimentándose principalmente de plantas y ocasionalmente de pequeños animales.
La reproducción tiene lugar en la tundra ártica, con nidos generalmente ubicados cerca del agua. Las grullas tienen una baja tasa de crecimiento poblacional, y su éxito reproductivo puede verse afectado por disturbios causados por renos y depredadores. Diversos esfuerzos de conservación, como programas de cría en cautiverio, están en marcha para ayudar a salvar a esta especie críticamente amenazada.
Las largas migraciones de las grullas siberianas son un espectáculo impresionante, con el grupo oriental invernando en China y el grupo occidental en Irán. Los científicos utilizan la telemetría satelital para rastrear sus movimientos e identificar importantes puntos de descanso a lo largo de sus rutas.
En la cultura siberiana, estas grullas son más que solo aves. Son símbolos del sol, la primavera y los espíritus celestiales, y ocupan un lugar especial en las creencias y el folclore de los pueblos nativos.