Hechos sobre: Casuarius casuarius
El casuario del sur, también conocido como casuario de doble carúncula, casuario australiano o casuario de dos carúnculas, es un ave grande y fascinante que no puede volar. Es una de las tres especies vivas de casuarios y pertenece al grupo de las ratites, que incluye a los emús, avestruces, ñandúes y kiwis. Aunque se trata de una sola especie, existen varias subespecies, aunque confirmar sus diferencias puede ser complicado.
Descrito por primera vez por Carl Linnaeus en el siglo XVIII, el casuario del sur destaca por su apariencia llamativa. Tiene plumas negras, un rostro azul, un cuello rojo y dos carúnculas rojas colgantes. En la parte superior de su cabeza, exhibe un casco similar a un casco de protección, y sus pies están equipados con garras poderosas, incluida una garra particularmente temible en forma de daga. Las hembras son más grandes y dominantes que los machos, mientras que los casuarios jóvenes tienen plumas marrones con rayas. Estas aves se encuentran entre las más grandes y pesadas del planeta.
Puedes encontrar al casuario del sur en Indonesia, Nueva Guinea y el noreste de Australia. Principalmente habitan selvas tropicales, pero también se pueden encontrar en bosques de sabana o manglares. Su dieta consiste principalmente en frutas caídas, pero también consumen hongos, insectos y pequeños animales. Los casuarios son criaturas solitarias y solo se emparejan durante la temporada de reproducción. Curiosamente, después de que la hembra pone los huevos, el macho se encarga de incubarlos y cuidar a los polluelos.
Los casuarios son conocidos por su naturaleza agresiva y pueden ser peligrosos debido a sus poderosas patadas. A pesar de esta reputación, los encuentros fatales con humanos son extremadamente raros, con solo dos muertes reportadas desde 1900. Sin embargo, la especie enfrenta amenazas por la pérdida de hábitat, la caza excesiva y los accidentes de tráfico. Aunque la Lista Roja de la UICN clasifica al casuario del sur como de Preocupación Menor, se considera En Peligro en Australia.
Los esfuerzos de conservación se ven complicados por la desinformación y las interacciones negativas con los humanos, como alimentar a las aves, lo que puede llevar a encuentros peligrosos. Proteger a esta ave tímida pero notable requiere una mejor comprensión y respeto por su comportamiento natural y su hábitat.