Hechos sobre: Capra
El género Capra incluye una variedad de especies de cabras, desde cabras salvajes hasta markhor y diferentes tipos de íbices. La cabra doméstica, una subespecie de la cabra salvaje, ha sido compañera de los humanos durante más de 8,500 años. Las cabras salvajes son particularmente conocidas por su agilidad y su capacidad para sobrevivir en áreas montañosas y escarpadas con poca vegetación. Una forma de diferenciar a las cabras de las ovejas es a través de sus glándulas odoríferas y otras características físicas.
Las cabras del género Capra pertenecen a la familia Bovidae y a la subfamilia Caprinae. Estos animales son rumiantes, lo que significa que tienen un estómago con cuatro compartimentos que les ayuda a digerir material vegetal duro. Algunas especies destacadas en este género incluyen el tur del Cáucaso Occidental, el íbice alpino y el íbice español. Estudios genéticos han demostrado que algunas de estas especies están más estrechamente relacionadas entre sí que otras, revelando una compleja red de relaciones dentro del género Capra.
Las cabras fueron de los primeros animales en ser domesticados, con el proceso comenzando hace aproximadamente 10,000 años en la región que hoy es el norte de Irán. Fueron increíblemente valiosas para los primeros humanos, proporcionando carne, leche y pelo. Las pieles de cabra también se utilizaban para fabricar botellas de agua y vino, e incluso pergaminos para escribir.