San Salvatore in Agna, Montale

La abadía de San Salvatore in Agna se encuentra en Via Antonio Gramsci, en el municipio de Montale, en la provincia de Pistoia. El nombre deriva de la posición del monasterio, que se encuentra en la desembocadura en la llanura del valle del arroyo Agna de los Apeninos que pasa por sus alrededores.

El monasterio ya está documentado en el año 772, como monasterio real, y al igual que otras instituciones similares, era un importante centro económico, rico en tierras, casas, rentas y otros enseres. En la época carolingia, era propiedad personal de las esposas e hijas de los soberanos, hasta el punto de que se le denominaba "monasterio de la reina". También se le conocía entonces como San Salvatore 'in Alina', probablemente por el nombre de la ciudad que ahora se llama Agliana, que debió de ser importante en la Alta Edad Media.

El complejo monástico surgió cerca de un itinerario que cruzaba los Apeninos, alternativo a los que llevaban a Pistoia, en dirección a la antigua e importante Badia a Taona y en estrecha conexión con la ruta del piedemonte que derivaba de la antigua Casia, y en consecuencia, probablemente ejerció la función de hospitium desde el principio.

Dependía de la abadía de San Salvatore de Brescia. A partir del siglo X, al menos durante cierto tiempo, dejó de ser propiedad real y pasó a manos de los poderosos condes Guidi, que tenían amplias posesiones en todo el valle del Agna. En el siglo X fue asignada al obispo de Fiesole, aunque siempre permaneció vinculada a la diócesis de Pistoia; en el siglo siguiente se unió al monasterio de Fiesole de San Bartolomeo, y en 1440 pasó a los canónigos regulares de Letrán.

La iglesia, que forma parte de un complejo de edificios más amplio, vestigio del antiguo monasterio, tiene una sola nave en forma de cruz latina, con tres ábsides, cuya superficie exterior está atravesada por pequeños arcos de influencia lombarda.

Resulta especialmente interesante la cripta absidal, dividida por columnas bajas y parcialmente desnudas, ya que están desnudos varios capiteles decorados con motivos vegetales, que datan de entre los siglos X y XI.

El edificio actual se sometió a una restauración radical hacia 1920 para resaltar los rasgos románicos.