San Giacomo alla Lungara, Roma

San Giacomo alla Lungara es una iglesia de Roma, en el Rione Trastevere, que da a la Via della Lungara. También se llama San Giacomo in Settimiano o in Settignano, debido a su proximidad a la Porta Settimiana, construida por Septimio Severo e incluida por Aureliano en las murallas de la ciudad.

La iglesia tiene orígenes medievales: probablemente se remonta al papado de León IV en el siglo IX. Sin embargo, los primeros documentos que atestiguan su existencia son bulas papales promulgadas en 1198 y 1228, cuando la iglesia fue declarada filial de la Basílica de San Pedro por el Papa Inocencio III. En el siglo XII, el Papa Inocencio IV la cedió a la Congregación de los Silvestrinos; en 1620, el Capítulo Vaticano confió la iglesia a los franciscanos y, posteriormente, a las Monjas Penitentes, que, en 1644, encargaron a Luigi Arrigucci la restauración del edificio: a causa de estas restauraciones, la iglesia perdió su planta basilical de tres naves y se convirtió en una iglesia de una sola nave con artesonado en el techo. En la misma época las monjas construyeron también el claustro anexo, dedicado a las prostitutas que deseaban cambiar de vida; el claustro fue demolido en 1887, durante la construcción del Lungotevere. En el mismo periodo la iglesia, después de haber sufrido 15 años de abandono y arriesgarse a la destrucción, fue finalmente renovada.

Al otro lado del Lungotevere es posible ver el campanario románico, que data del siglo XII y es el único elemento medieval que se conserva. El interior de la iglesia presenta una sola nave. La obra más famosa es el Monumento a Ippolito Merenda, de Gian Lorenzo Bernini: una lápida con forma de sábana fruncida, sostenida con las manos y los dientes por un esqueleto alado. El altar mayor alberga un cuadro de Giovanni Francesco Romanelli que representa a Santiago Apóstol.