Portrait of the Four Tetrarchs, Venecia

En el corazón de Venecia, frente a la Basílica de San Marcos, se encuentra una escultura que ha desafiado el tiempo y las invasiones: el Retrato de los Cuatro Tetrarcas. Este grupo escultórico, tallado en porfido, una piedra dura y valiosa, representa a los cuatro emperadores del sistema tetrárquico instaurado por Diocleciano en el 293 d.C. para estabilizar el gobierno del vasto Imperio Romano.

La estatua muestra a los dos Augustos y dos Césares abrazándose, simbolizando la unidad y la fuerza de su alianza. Aunque las figuras carecen de rasgos individualizados y su estilo es menos naturalista que el arte clásico anterior, el mensaje político es claro. La uniformidad y la rigidez de las figuras transmiten la idea de un régimen sólido y duradero.

A pesar de su origen en Constantinopla, la estatua fue llevada a Venecia como botín de guerra tras el saqueo de la Cuarta Cruzada en 1204. Desde entonces, se ha convertido en un símbolo de la resistencia y la historia de la ciudad. Aunque una de las cabezas fue separada de su cuerpo y actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Estambul, el grupo sigue siendo un impresionante recordatorio de la herencia romana de Venecia.

El Retrato de los Cuatro Tetrarcas se puede admirar hoy en día incrustado en la esquina de la fachada del Palacio Ducal de Venecia. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de la transformación de la ciudad y ha sobrevivido a la erosión tanto del ambiente marino como del paso del tiempo. La estatua es accesible a cualquier visitante y continúa siendo un punto de interés para los historiadores del arte, los amantes de la historia y los turistas por igual.