Basílica de Superga, Turín

La Catedral de Superga es una joya arquitectónica que se alza majestuosa en las colinas al este de Turín, Italia. Este emblemático templo, dedicado a la Virgen María, fue construido en el siglo XVIII y se ha convertido en un punto de referencia espiritual y turístico para la ciudad.

El diseño barroco de la catedral fue obra del arquitecto Filippo Juvarra, quien fue comisionado por Víctor Amadeo II de Saboya como voto de agradecimiento a la Virgen por la victoria en la batalla de Turín. La construcción comenzó en 1717 y se completó en 1731, resultando en una obra maestra que fusiona la grandiosidad con la espiritualidad.

La cúpula de la Catedral de Superga, visible desde varios puntos de la ciudad, es uno de sus rasgos más distintivos. Junto con su imponente fachada, la catedral cuenta con un interior igualmente impresionante, con decoraciones ricas y una serie de capillas laterales que albergan obras de arte de valor incalculable.

Además de su importancia religiosa, la Catedral de Superga también es conocida por ser el lugar de descanso de varios miembros de la Casa de Saboya. Las criptas reales, ubicadas debajo de la iglesia, son un testimonio de la historia dinástica de la región.

La catedral no solo atrae a peregrinos y visitantes interesados en su arquitectura y arte, sino también a aquellos que buscan disfrutar de las impresionantes vistas panorámicas de Turín y sus alrededores. La colina sobre la que se asienta ofrece un mirador excepcional, y es accesible a través de un pintoresco tranvía que asciende desde la base de la colina, brindando una experiencia turística única.