Teatro del Popolo, Rapolano Terme

El Teatro del Popolo es un teatro de Rapolano Terme, propiedad de la Associazione Filarmonico Drammatica di Rapolano Terme.

Por iniciativa de la Sociedad Filarmónica local de Rapolano Terme, a mediados de la última década del siglo XIX, tuvo su propio teatro "destinado al culto de la civilización". El teatro, diseñado por el arquitecto sienés Bettino Marchetti, presentaba la forma típica del teatro italiano con una disposición en forma de herradura y 33 palcos divididos en dos gradas y una galería; la sala, en lugar de la primera grada de palcos, tiene una galería abierta que, a través de elegantes columnas, permite el acceso a las butacas desde todo el perímetro de la sala.

Gestionado desde 1914 por una nueva Sociedad que unió la Filarmónica y la Dramática, el teatro acogió a compañías de paso y a partir de los años 30 inició también una actividad cinematográfica. Para cumplir esta nueva función, el escenario central del segundo orden se convirtió en una cabina de proyección.

Tras convertirse en la sede del Partido Fascista y sufrir graves daños durante la última guerra mundial, fue rápidamente reconstruida y reanudó sus actividades en 1946.

En 1983, se sometió a una importante renovación estructural y decorativa con el retechado, los suelos del escenario, el sistema eléctrico y la decoración de la bóveda.

El trazado actual se debe a las obras de adaptación realizadas entre 1985 y 2001 según un diseño del arquitecto Claudio Starnini. En la actualidad, el teatro, que conserva su aspecto original de sala de teatro con formas eclécticas típicas de finales del siglo XIX, es una estructura de tamaño medio especialmente adecuada para las iniciativas culturales de la ciudad y de la zona de Siena. En 1995, fue declarado bien cultural de interés histórico-artístico por el Ministerio de Patrimonio Cultural y Medioambiental.

Así recuperado el teatro, gracias también al mecenazgo de la administración municipal, además de una respetable temporada teatral con gran afluencia de público, acoge también interesantes iniciativas: el premio literario internacional "Il Molinello" y la revista nacional "La Goccia d'oro". Y de nuevo, la Sociedad Filarmónica, un caso raro y significativo de gestión de un espacio teatral casi exclusivamente con el trabajo voluntario de sus miembros, dirige una escuela de teatro para niños.