Chiesa dei Santi Gregorio e Valentino, Caldarola

La Iglesia de los Santos Gregorio y Valentín se encuentra en la Via Pallotta, en Caldarola, provincia de Macerata.

Es un edificio de una sola nave con capillas laterales y presbiterio; el vestíbulo está totalmente enlucido y pintado; en las paredes laterales corre la cornisa interior con molduras de estuco y decoraciones pintadas. El altar mayor, monumental de madera policromada con dorados, contiene una pintura de los santos Gregorio y Valentín.

En las paredes del coro, encerradas en dos nichos, hay dos monumentos funerarios dedicados uno a Varino Favorino y otro a Ludovico Clodio. La realización de estos dos monumentos puede atribuirse al gusto neorromántico que animaba al conde Pallotta. La Capilla del Rosario alberga el óleo de la Virgen del Rosario atribuido a G. A. De Magistris. La figura de la Virgen está en un trono cilíndrico con porte regio, manto dorado y túnica estrellada. El Niño se mueve y bendice con ternura infantil, mientras que los santos se mueven con vigor. La escena se completa con los ángeles que llevan el trono. Las numerosas representaciones de Nuestra Señora del Rosario con los Misterios a su alrededor se deben a la institución de la fiesta del Rosario tras la victoria de Lepanto en 1571.

Las pinturas de las paredes de la capilla representan la última obra del pintor Augusto Mussini. El esquema decorativo es el de los Misterios Dolorosos, Gozosos y Gloriosos y consiste en manojos decorativos de rosas que, desde ocho jarrones antiguos colocados de dos en dos en las bases de las esquinas, se elevan hasta el techo, giran sobre los arcos y se vuelven a unir a una guirnalda sostenida por cuatro ángeles y desde los festones se extienden sobre un cielo luminoso, dentado de nubes blancas. Los Misterios Dolorosos, en la parte inferior, en el estilóbato, están simbolizados por un friso de figuras terrestres y celestiales que expresan el dolor en el tono rojo que recuerda la sangre de la pasión. Le siguen los Misterios Gozosos, simbolizados por el amarillo, en los que figuras de ángeles luminosos vagan por el cielo, cada vez más incorpóreas. Los Misterios Gloriosos tienen el eco de una visión luminosa con una miríada de putti en movimientos audaces y rostros sonrientes que expresan la gloria de los cielos.

El crucifijo del altar del Santísimo, de finales del Renacimiento, fue donado por Giovanni Barlesi. El monumento funerario dedicado a Ludovico Clodio, tras los daños sufridos en el muro que lo contiene, así como la capilla pintada por Mussini, el retablo de madera del altar mayor y la capilla del Santísimo Sacramento fueron restaurados durante la restauración realizada para reparar los daños causados por el terremoto de 1997.