Ponte dei Mulini, Mantua

El Ponte dei Mulini es el nombre que se le da a las separaciones hechas principalmente por el hombre a través del río Mincio en Mantua, región de Lombardía, Italia. Nunca ha sido realmente un "puente", sin embargo, el paso del agua desde el Lago Superiore, superior, al Lago di Mezzo, inferior, ha sido utilizado por los habitantes locales para alimentar molinos durante casi 900 años, y para la generación hidroeléctrica en el presente.

Hacia el año 1188, el arquitecto Alberto Pitentino diseñó una serie de presas para inundar la zona pantanosa del norte y el oeste de la ciudad medieval de Mantua. Este conjunto de muros crea el Lago Superiore. El aprovechamiento de la energía cinética del flujo de agua se dirigió a través de al menos 12 docenas de molinos, cada uno con el nombre de un apóstol distinto, construidos a lo largo de la presa. Los trabajos en la estructura continuaron hasta 1230.

Durante las guerras de los Visconti y los Gonzaga en el siglo XIV, se intentó reencauzar el Mincio, pero el esfuerzo fracasó y la ruptura de la presa dañó una parte de la estructura, lo que llevó a la construcción de una presa redonda llamada della rota.

En el extremo norte del puente, hacia 1530, Federico II Gonzaga, duque de Mantua, encargó a Giulio Romano la construcción de una fortaleza, Porta Giulia, que defendía el acceso a la ciudad. Fue restaurada en 1752 por el ingeniero Antonio Maria Azzalini bajo el patrocinio de la emperatriz Maria Teresa.

En 1851 se completó el ferrocarril Verona-Mantua, lo que obligó a construir más puentes ferroviarios. El bombardeo aliado de esta línea ferroviaria en 1944 arrasó los molinos. En la actualidad, la estructura cuenta con una vía y una carretera principal SS262. En el flanco noreste hay un carril bici y peatonal arbolado. Una esclusa permite el paso de barcos de un lado a otro. También ha desaparecido un puente cubierto que en su día salía de la ciudad.