Hechos sobre: Halichoerus grypus
La foca gris, también conocida como foca atlántica o foca caballo, es un fascinante mamífero marino que habita en ambos lados del Océano Atlántico Norte. Pertenece al género Halichoerus y es parte de la familia Phocidae. Existen dos subespecies principales: Halichoerus grypus grypus en el Mar Báltico y Halichoerus grypus atlantica en el Atlántico Norte. Curiosamente, estudios genéticos han revelado diferencias entre las poblaciones del Atlántico oriental y occidental.
Estas focas son bastante grandes, con los machos alcanzando hasta 2.7 metros (aproximadamente 9 pies) de longitud y pesando hasta 400 kg (alrededor de 880 libras). Las hembras son generalmente más pequeñas. Se puede reconocer a las focas grises por su perfil de cabeza recta, grandes hocicos y la ausencia de orejas externas visibles. Comúnmente se encuentran en colonias a lo largo de las costas del Reino Unido, Irlanda, Canadá y Estados Unidos. La colonia más grande se encuentra en la Isla Sable en Nueva Escocia. Su dieta consiste principalmente en peces, pero también cazan otros mamíferos marinos.
En cuanto a la reproducción, las hembras de foca gris dan a luz a una sola cría cada año. La madre es la única responsable del cuidado de la cría, que nace con un grueso pelaje blanco. Las crías son destetadas con leche extremadamente rica en grasa, lo que les ayuda a crecer rápidamente. Las focas grises se comunican usando vocalizaciones y golpes de aletas bajo el agua, lo cual tiene varios propósitos, incluyendo disuadir a los depredadores y atraer a las parejas.
Las focas grises estuvieron a punto de ser exterminadas en Estados Unidos debido a la caza, pero sus números han resurgido gracias a los esfuerzos de conservación. Ahora están protegidas por leyes en muchos países. Sin embargo, la contaminación acústica humana puede interferir con su comunicación, por lo que es importante entender sus comportamientos para una conservación efectiva.
En cautiverio, a veces se entrena a las focas grises para realizar trucos, lo que puede afectar sus comportamientos naturales de comunicación. A pesar de los desafíos que enfrentan, las focas grises juegan un papel crucial en los ecosistemas marinos. Protegerlas y entender sus necesidades es vital para su conservación continuada.