Hechos sobre: Eremophila alpestris
La alondra cornuda, conocida como la alondra de orilla en Europa, es un ave notable que se encuentra en todo el hemisferio norte. Perteneciente a la familia Alaudidae, inicialmente fue clasificada bajo el género Alauda y se cree que se separó de la alondra de Temminck durante el Pleistoceno Temprano-Medio. Estudios genéticos recientes sugieren que la alondra cornuda podría en realidad consistir en seis clados distintos, que eventualmente podrían ser reconocidos como especies separadas.
Existen 42 subespecies reconocidas de la alondra cornuda, cada una habitando diferentes regiones geográficas. Estas aves son fácilmente identificables por sus partes superiores de color marrón grisáceo, sus partes inferiores pálidas y su llamativo patrón facial negro y amarillo. Sus colas mayormente negras crean un contraste notable cuando están en vuelo. Las vocalizaciones de la alondra cornuda son agudas y delicadas, presentando un trino ascendente y melodioso como parte de su canto.
Las alondras cornudas se reproducen en diversas regiones, incluyendo América del Norte, el norte de Europa, Asia y las montañas del sureste de Europa. Mientras que generalmente son residentes en áreas del sur, las poblaciones del norte tienden a migrar. Prefieren hábitats de terrenos abiertos y pueden encontrarse reproduciéndose por encima de la línea de árboles en montañas y regiones del extremo norte. En Europa, a menudo se las ve en llanuras costeras durante el invierno, de ahí su nombre europeo.
Durante la temporada de reproducción, los machos de la alondra cornuda defienden sus territorios y realizan exhibiciones de cortejo, mientras que las hembras son responsables de construir los nidos. Desafortunadamente, las poblaciones de alondra cornuda están disminuyendo debido a la pérdida de hábitat por prácticas agrícolas, reforestación, urbanización y colisiones con turbinas eólicas. En 2013, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE. UU. incluyó a la subespecie de alondra cornuda rayada como amenazada bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción. A pesar de estos desafíos, las alondras cornudas han mostrado una notable capacidad para adaptar sus comportamientos de anidación a las condiciones ambientales cambiantes, lo que ayuda a asegurar la supervivencia de sus nidos y el desarrollo de sus crías.