Hechos sobre: Malagasy giant rat
La rata gigante de Madagascar, también conocida como votsotsa o votsovotsa, es un roedor exclusivo de la región de Menabe en Madagascar. Desafortunadamente, esta especie está en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat, su lenta tasa de reproducción y su distribución extremadamente limitada. A diferencia de muchos otros roedores, estas ratas son monógamas, y las hembras suelen dar a luz a solo una o dos crías por año. Son la última especie sobreviviente de su género, Hypogeomys, ya que otra especie, Hypogeomys australis, solo se conoce por restos subfósiles.
En cuanto a su apariencia, estas ratas se asemejan a conejos, pero conservan ciertas características típicas de los roedores, especialmente en sus rostros. Alcanzan el tamaño de un conejo, con machos y hembras pesando alrededor de 1.2 kg y midiendo aproximadamente 33 cm de longitud corporal, más 20-25 cm adicionales por sus colas. Su pelaje puede ser gris, marrón o rojizo, con una parte inferior blanca. Tienen orejas puntiagudas y largas patas traseras que les permiten saltar impresionantemente alto, casi 3 pies en el aire, ganándose el apodo de "ratas gigantes saltadoras".
En cuanto a la reproducción, los machos de la rata gigante de Madagascar alcanzan la madurez sexual dentro de un año, pero generalmente no se aparean hasta que tienen entre 1.5 y 2 años. Las hembras maduran sexualmente a los dos años. Estas ratas permanecen con una pareja hasta que una de ellas muere. Las hembras típicamente dan a luz a una cría después de un período de gestación de 102-138 días, una o dos veces al año durante la temporada de apareamiento. Ambos padres cuidan de las crías hasta que están listas para salir y establecer sus propias madrigueras.
Estos roedores son nocturnos y viven en madrigueras con múltiples entradas para evadir a los depredadores. Se alimentan de frutas, nueces, semillas e invertebrados, y son muy territoriales, marcando su territorio con diversas secreciones. La rata gigante de Madagascar enfrenta amenazas por la destrucción de su hábitat, el aumento de la depredación por animales no nativos y enfermedades como la toxoplasmosis y el hantavirus.
Para ayudar a conservar a la rata gigante de Madagascar, se han implementado leyes protectoras, se han establecido reservas como la Reserva Forestal de Kirindy y se han iniciado programas de cría en cautiverio. Gerald Durrell fue el primer científico en criar con éxito a estas ratas en cautiverio, y desde entonces, los programas de cría han logrado cierto éxito en ayudar a preservar esta especie en peligro de extinción.