Hechos sobre: Gyps bengalensis
El buitre dorsiblanco, un ave nativa del sur y sureste de Asia, ha enfrentado una amenaza crítica desde el año 2000 debido a una dramática caída en su población. Este declive, causado principalmente por envenenamiento con diclofenaco que induce insuficiencia renal, ha reducido la población de lo que una vez fue la rapaz más abundante del mundo, a menos de 10,000 individuos maduros en 2016.
Este buitre de tamaño mediano es fácilmente identificable por su collarín blanco, su dorso y rabadilla blancos, y su plumaje oscuro en el resto del cuerpo. Más pequeño que el buitre leonado, pesa entre 3.5 y 7.5 kg, mide de 75 a 93 cm de longitud, y tiene una envergadura de 1.92 a 2.6 metros. Los buitres dorsiblancos suelen construir sus nidos en árboles altos cerca de asentamientos humanos, particularmente en el norte y centro de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y partes del sureste de Asia.
Como carroñeros, estos buitres juegan un papel crucial en el ecosistema al alimentarse de restos de animales muertos. Vuelan alto en el cielo para localizar su próxima comida. Sin embargo, la introducción del diclofenaco, un medicamento antiinflamatorio usado en ganado, ha sido devastadora. El medicamento causa insuficiencia renal en los buitres que consumen las carroñas de animales tratados, llevando a una disminución del 99% en la población en India y países vecinos desde principios de los años 90.
En respuesta, se han implementado diversos esfuerzos de conservación. Estos incluyen la prohibición del diclofenaco, la promoción de AINEs alternativos más seguros, la iniciación de programas de cría en cautiverio, y la creación de restaurantes para buitres donde se proporcionan carroñas seguras. Estos esfuerzos han tenido cierto éxito, como la eclosión del primer buitre dorsiblanco criado en cautiverio en 2007.
En cuanto a su comportamiento, los buitres dorsiblancos son activos en la mañana, descendiendo rápidamente para alimentarse de carroñas. A menudo se posan en árboles cercanos y se sabe que se alimentan incluso después del anochecer. La anidación típicamente ocurre de noviembre a marzo, con estas aves prefiriendo árboles cerca de asentamientos humanos. La hembra usualmente pone un solo huevo, y ambos padres cuidan del polluelo, que permanece en el nido durante unos tres meses.
La difícil situación del buitre dorsiblanco subraya la necesidad crítica de esfuerzos de conservación continuos para evitar que esta especie desaparezca por completo.