Hechos sobre: Capra pyrenaica
La cabra montés ibérica, también conocida como íbice español, es una especie fascinante nativa de la península Ibérica. Originalmente constaba de cuatro subespecies, pero actualmente solo sobreviven dos. La cabra montés portuguesa se extinguió en 1892 y la cabra montés de los Pirineos desapareció en el año 2000, aunque un experimento de clonación la revivió brevemente en 2003.
Científicamente denominada Capra pyrenaica, la cabra montés ibérica está bien adaptada a la vida en regiones montañosas. Estos animales ágiles poseen grandes pezuñas y patas cortas, lo que les permite navegar por pendientes empinadas y escapar de los depredadores. Los machos son más grandes que las hembras y ostentan impresionantes cuernos curvados de manera distintiva.
Durante la temporada de apareamiento, los machos y las hembras se agrupan para reproducirse, formando grupos mixtos en invierno. Después del apareamiento, las hembras dan a luz y crían a sus crías por separado, mientras que los machos retornan a sus agrupaciones de solo machos. Cuando se sienten amenazadas, estas cabras montesas emiten llamadas de alarma para alertarse entre sí y se retiran rápidamente a áreas rocosas de difícil acceso.
La dieta de la cabra montés ibérica varía con las estaciones, alternando entre el ramoneo y el pastoreo según la disponibilidad de alimentos. Tienen mecanismos renales especiales para conservar grasa, proporcionando energía durante los duros meses de invierno cuando la comida es escasa. Desafortunadamente, enfrentan varias amenazas, incluyendo la caza, la pérdida de hábitat, brotes de enfermedades y perturbaciones humanas como el turismo.
Entre las subespecies restantes se encuentran la cabra montés española occidental (cabra de Gredos) y la cabra montés española sudoriental (cabra de Beceite). Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger estas poblaciones remanentes y asegurar su supervivencia a pesar de los desafíos que enfrentan.