Hechos sobre: Copsychus fulicatus
El petirrojo indio, un encantador pájaro de la familia Muscicapidae, es una vista común en todo el subcontinente indio, incluyendo países como Bangladesh, Bután, India, Nepal, Pakistán y Sri Lanka. Los machos de esta especie muestran una variedad de patrones de plumaje dependiendo de su ubicación geográfica. Estas aves prefieren áreas de matorrales abiertos y a menudo se las ve posadas en arbustos bajos o rocas.
Los machos y las hembras se ven bastante diferentes, un fenómeno conocido como dimorfismo sexual. Los machos son predominantemente negros con una llamativa mancha blanca en el hombro, mientras que las hembras lucen un aspecto más discreto con plumas marrones en la parte superior y tonos grisáceos en la parte inferior.
Esta ave tiene una interesante historia taxonómica. Fue descrita por primera vez por el zoólogo francés Mathurin Jacques Brisson en 1760 y luego clasificada por Carl Linnaeus en 1766 como Motacilla fulicata. Con el tiempo, los científicos la han reclasificado, y ahora se encuentra en el género Copsychus, gracias a estudios moleculares que han remodelado nuestra comprensión.
Los petirrojos indios prosperan en hábitats abiertos, pedregosos, herbáceos y de matorrales en regiones secas y no son migratorios. También se sienten cómodos alrededor de asentamientos humanos y a menudo se los puede ver posados en los tejados. En cuanto a la alimentación, estas aves tienen una dieta variada que incluye insectos, ranas y lagartijas. Construyen sus nidos en rincones acogedores entre las rocas o en huecos de árboles.
La temporada de cría del petirrojo indio se extiende de diciembre a septiembre, dependiendo de la región. Los machos realizan un espectáculo durante el cortejo, cantando y defendiendo su territorio. Los nidos están forrados con pelo de animal e incluso, a veces, con piel de serpiente. Una nidada típica consta de tres a cuatro huevos, que la hembra incuba durante unos 10-12 días. Ambos padres participan en la alimentación de los polluelos, que tienen el comportamiento único de fingir estar muertos cuando son manipulados.
Curiosamente, los petirrojos indios pueden albergar parásitos como cestodos. A pesar de estos desafíos, son conocidos por su distintivo plumaje, preferencias específicas de hábitat y fascinantes comportamientos de cría, lo que los convierte en un tema cautivador para observadores de aves y aficionados a la naturaleza.