Hechos sobre: Cinnyris asiaticus
El suimanga morado es un encantador pajarillo que habita en el sur y sureste de Asia, e incluso en partes de la península arábiga. A estas aves les encanta el néctar, aunque tampoco rechazan un sabroso insecto. Los machos son bastante llamativos con sus plumas negras que brillan en púrpura bajo la luz, mientras que las hembras lucen una discreta combinación de oliva y amarillo. Esta clara diferencia entre los sexos, conocida como dimorfismo sexual, facilita su distinción. A menudo se les ve en parejas o pequeños grupos, especialmente en jardines llenos de flores que adoran. No solo son bonitos, también juegan un papel crucial en la polinización de diversas plantas.
Estas aves son bastante viajeras, con un rango que se extiende por Asia Occidental, el subcontinente indio y el sudeste asiático. Son bastante adaptables, estableciendo sus hogares en bosques abiertos, jardines y áreas urbanas. Algunos de ellos se desplazan localmente, dependiendo de la temporada. Hablando de temporadas, su principal época de reproducción es justo antes de que lleguen los monzones. Durante este período, los machos montan todo un espectáculo, levantando la cabeza, abanicando la cola y cantando para cortejar a las hembras. Los nidos son intrincadas obras de arte hechas de telarañas, vegetación, líquenes y corteza, generalmente elaborados por las hembras. Normalmente ponen dos huevos, que la hembra incuba sola.
Los suimangas morados son conocidos por sus llamadas fuertes y parlanchinas, y no son tímidos a la hora de unirse para ahuyentar a los depredadores. Su canto rápido y vibrante es un sonido común en sus hábitats. Durante el cortejo, los machos aletean y cantan para impresionar a sus posibles parejas. Son increíblemente ágiles en vuelo, pero prefieren posarse mientras beben néctar. Estas fascinantes aves pueden vivir hasta 22 años en cautiverio, lo que las convierte en compañeros a largo plazo para quienes las mantienen.