Hechos sobre: Gyps africanus
El buitre dorsiblanco, perteneciente a la familia Accipitridae, es un ave del Viejo Mundo estrechamente emparentada con el buitre leonado europeo. De tamaño mediano, se distingue fácilmente por el collar blanco en su cuello y su dorso blanquecino. Se alimenta principalmente de carroña, buscando restos de animales en la sabana africana y, ocasionalmente, recolectando desechos en áreas habitadas por humanos. Estos buitres anidan en árboles en la sabana, generalmente poniendo solo un huevo en cada ciclo de reproducción.
Desafortunadamente, el estado de conservación del buitre dorsiblanco ha sufrido un importante deterioro. Antiguamente clasificado como de Preocupación Menor, ahora se encuentra en Peligro Crítico. Diversos factores contribuyen a este declive, incluyendo la pérdida de hábitat debido a actividades antropogénicas, el envenenamiento por pesticidas y plomo, así como los efectos nocivos del diclofenaco, un medicamento utilizado en el ganado que los buitres ingieren accidentalmente.
Las investigaciones apuntan a que estos buitres también están amenazados por altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos y diclofenaco veterinario. Además, la destrucción de sitios de anidación debido a la invasión humana agrava aún más su situación. Un trágico incidente en Botsuana, donde más de 500 buitres fueron envenenados por cazadores furtivos, ilustra su vulnerabilidad.
En cuanto a su dieta, los buitres dorsiblancos se alimentan principalmente de carroña encontrada en su hábitat. No obstante, la competencia por alimento ha aumentado debido a la degradación del entorno. En lo que respecta a la reproducción, prefieren anidar en árboles, especialmente en especies del género Acacia. El proceso de reproducción es prolongado, con un período de incubación de aproximadamente ocho semanas y un período de cría que se extiende de cuatro a cinco meses. Lamentablemente, amenazas como la destrucción del hábitat y la caza furtiva también afectan su éxito reproductivo.