Hechos sobre: Suncus etruscus
La musarañita etrusca, también conocida como musaraña pigmea etrusca o musaraña pigmea de dientes blancos, ostenta el título del mamífero más pequeño conocido por su masa, con un peso promedio de apenas 1.8 gramos. Esta diminuta criatura mide alrededor de 4 centímetros de longitud corporal, sin contar su cola. Conocida por sus rápidos movimientos y su acelerado metabolismo, la musarañita etrusca necesita consumir entre 1.5 y 2 veces su peso corporal cada día. Su dieta consiste principalmente en pequeños vertebrados e invertebrados, con una particular predilección por los insectos, y no tiene problemas para cazar presas de su propio tamaño.
Las musarañitas etruscas habitan en climas cálidos y húmedos dentro de un rango geográfico que se extiende desde los 10° hasta los 30° de latitud norte, abarcando regiones desde Europa y el norte de África hasta Malasia. Aunque están ampliamente distribuidas, generalmente son poco comunes e incluso están en peligro de extinción en algunos países. Estas musarañas tienen cuerpos esbeltos, ritmos cardíacos acelerados y músculos cardíacos relativamente grandes. Su alto metabolismo y niveles de actividad les permiten entrar en un estado de hibernación temporal durante las estaciones frías o cuando hay escasez de alimentos.
La musarañita etrusca es un animal solitario, excepto durante los periodos de apareamiento, y típicamente vive alrededor de dos años. Es territorial y más activa por la noche, a menudo emprendiendo largos recorridos bajo la cobertura de la oscuridad. El apareamiento ocurre principalmente de marzo a octubre, con un periodo de gestación de 27 a 28 días, resultando en camadas de 2 a 6 crías.
Estas musarañas están distribuidas por Eurasia, el norte de África, la península arábiga y partes de Asia. Prosperan en hábitats cálidos y húmedos con abundante cobertura de arbustos y se pueden encontrar a diversas elevaciones. Su dieta consiste principalmente en invertebrados, lo que las hace vulnerables a la destrucción del hábitat y a los cambios climáticos. Las aves rapaces, especialmente los búhos, son sus principales depredadores.