Hechos sobre: Tadorna ferruginea
El Tarro Canelo, conocido en India como el Pato Brahmí, es una ave acuática llamativa que pertenece a la familia Anatidae. Con sus plumas de un vibrante color naranja-marrón, cola y plumas de vuelo negras, y coberteras alares blancas, es difícil de pasar por alto. Esta ave migratoria pasa sus inviernos en el subcontinente indio y regresa al sureste de Europa y Asia Central para reproducirse. Estos patos forman fuertes vínculos de pareja, anidan lejos del agua y cuidan bien de sus crías, que están listas para volar alrededor de ocho semanas después de la eclosión. Aunque sus poblaciones son estables o incluso están aumentando en Asia Central y Oriental, lamentablemente están disminuyendo en Europa.
Científicamente, el Tarro Canelo es conocido como Tadorna ferruginea. Fue descrito por primera vez por Peter Simon Pallas en 1764 y está estrechamente relacionado con el Tarro Sudafricano. El nombre del género "Tadorna" proviene de la palabra francesa para el tarro común, y "ferruginea" se refiere a su plumaje de color oxidado.
Estos patos tienen una amplia distribución, reproduciéndose desde el sureste de Europa hasta el oeste de China e invernando en el subcontinente indio. En India, son visitantes invernales comunes y se pueden encontrar en hábitats como lagos, embalses, ríos y humedales. Son omnívoros, alimentándose tanto de plantas como de pequeños invertebrados, y son principalmente activos por la noche.
En cuanto a su comportamiento, los Tarros Canelos suelen verse en parejas o pequeños grupos, rara vez formando grandes bandadas. Son bastante agresivos durante la temporada de reproducción y prefieren anidar en lugares alejados del agua. Actualmente, están catalogados como de "preocupación menor" en términos de estado de conservación, con una población global estimada entre 170,000 y 225,000 individuos.
La adaptabilidad del Tarro Canelo a varios hábitats y las poblaciones estables en algunas regiones ayudan a mantener su estatus de conservación. Aunque enfrentan amenazas en Europa debido a la pérdida de hábitat y la caza, están protegidos en Asia Central y Oriental, donde son considerados sagrados por los budistas.