Hechos sobre: Camelus dromedarius
El dromedario, a menudo conocido como camello somalí o camello árabe, es un animal fascinante distinguido por su única joroba. Es la especie más alta entre los tres tipos de camellos, con los machos alcanzando alturas de entre 1.8 y 2 metros a la altura de los hombros, mientras que las hembras son ligeramente más bajas, midiendo entre 1.7 y 1.9 metros. Los machos generalmente pesan entre 400 y 600 kilogramos, y las hembras entre 300 y 540 kilogramos. Estos camellos presentan cuellos largos y curvados, pechos estrechos, y una joroba compuesta de grasa, lo que les permite sobrevivir en ambientes desérticos extremos al poder perder más del 30% de su agua corporal sin sufrir daños.
Los dromedarios fueron domesticados por primera vez hace alrededor de 4,000 años en la Península Arábiga. No se han encontrado en estado salvaje durante casi 2,000 años. Hoy en día, se encuentran principalmente en las regiones semiáridas y áridas de África. Varias tribus dependen de ellos para obtener carne, leche y como animales de trabajo. Estos camellos viven en manadas bajo el liderazgo de un macho dominante y son activos durante el día. Su dieta consiste en plantas y follaje del desierto, con la temporada de apareamiento alcanzando su pico durante los meses lluviosos.
Una de sus increíbles adaptaciones al desierto es la capacidad de cerrar sus fosas nasales para conservar agua y regular su temperatura corporal. Su joroba no es solo decorativa; almacena grasa que puede convertirse en energía y ayuda a mantenerlos frescos. Los dromedarios se utilizan para montar, transportar y arar, y también proporcionan leche, carne, lana y cuero. Su leche es una fuente de alimento crucial para las tribus nómadas, y su carne es valorada en muchas regiones. El pelo de dromedario se emplea para confeccionar ropa y textiles, y sus pieles se transforman en cuero.
Los dromedarios están ampliamente distribuidos en África y Asia, con grandes poblaciones en países como Somalia, Sudán, Etiopía, India y Pakistán. Curiosamente, también hay dromedarios salvajes en Australia, donde fueron introducidos en el siglo XIX. Estos camellos han sido fundamentales para la historia y la vida diaria de muchas culturas y siguen siendo un recurso esencial para numerosas comunidades en la actualidad.