Hechos sobre: Bernward Doors
Las Puertas de Bernward son un impresionante par de puertas de bronce creadas alrededor del año 1015 para la Catedral de Hildesheim en Alemania. Encargadas por el obispo Bernward de Hildesheim, estas puertas son celebradas como obras maestras del arte otoniano. Presentan intrincadas imágenes en relieve de la Biblia, con escenas del Libro del Génesis en la puerta izquierda y escenas de la vida de Jesús en la puerta derecha.
Estas puertas son sumamente significativas, ya que exhiben el ciclo de imágenes monumentales más antiguo conocido en la escultura alemana y la serie más antigua de imágenes fundidas en metal en Alemania. Su creación fue una maravilla técnica para su época, con cada hoja fundida como una sola pieza de bronce utilizando el proceso de cera perdida, lo que demuestra una artesanía excepcional.
La iconografía en las puertas está bellamente organizada en paralelo, con Adán y Cristo reflejándose simbólicamente entre sí. Las escenas en la puerta izquierda representan el creciente alejamiento de la humanidad de Dios, mientras que la puerta derecha ilustra la obra redentora de Cristo.
El estilo y la composición de las Puertas de Bernward se caracterizan por su simplicidad y eficacia. Las figuras no están individualizadas, sino que repiten tipos estilizados, caracterizados por rostros ovalados, grandes ojos en forma de almendra y cabello sencillo. Este estilo es típico de la escultura prerrománica. El relieve es distintivo, con figuras que parecen inclinarse hacia afuera del fondo, creando un efecto dinámico.
Aunque se desconoce al artista responsable de las Puertas de Bernward, se cree que un solo maestro, junto con un grupo de aprendices y asistentes, fue quien las creó. Estas puertas influyeron significativamente en puertas de bronce posteriores, como las Puertas de Gniezno en Polonia y las puertas del Baptisterio de Florencia.
Existe cierto debate sobre la ubicación original de las puertas, con algunos académicos sugiriendo que inicialmente fueron colocadas en la Iglesia de San Miguel y luego trasladadas a la Catedral de Hildesheim. Las puertas también tienen un significado litúrgico, con su iconografía vinculada a la expulsión de penitentes durante la Cuaresma.