Hechos sobre: Autorretrato de Durero
El "Autorretrato" de Albrecht Dürer, pintado en 1500, se destaca como una de sus obras más personales y complejas. Esta pintura sobre tabla evoca representaciones anteriores de Cristo, con una composición simétrica, tonos oscuros, una mirada directa y el gesto de la mano de Dürer. Su rostro presenta una cualidad enigmática, ocultando sus emociones internas, mientras las inscripciones a ambos lados flotan sobre un fondo negro, añadiendo profundos matices simbólicos a la obra.
Aunque la composición es rigurosamente simétrica, existen sutiles asimetrías. La pose frontal de Dürer era bastante inusual para los retratos seculares de esa época, sugiriendo una transición de la juventud a la madurez. El año 1500, mostrado prominentemente, marca un momento significativo tanto en la vida de Dürer como en el cambio de milenio. La pintura podría haber sido creada como parte de una celebración con el humanista renacentista Conrad Celtes.
La iconografía del autorretrato, con su simetría exagerada y rasgos semejantes a los de Cristo, insinúa la creencia de Dürer en imitar a Cristo. Una inscripción en latín reconoce su edad y talentos artísticos. La obra sigue de cerca las convenciones del arte religioso medieval tardío e incluso influyó en representaciones posteriores de Cristo.
Originalmente, el retrato probablemente pertenecía al consejo de la ciudad de Núremberg antes de ser vendido a la colección real bávara. Hoy en día, se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich. Dürer era conocido por sus autorretratos y por insertarse en sus pinturas, con alrededor de doce imágenes de autorretratos sobrevivientes. Esta pintura en particular captura a Dürer en una etapa madura de su vida, mostrando su habilidad artística y autoconciencia.