Hechos sobre: Virgen de Lucca
La "Madonna de Lucca" es una exquisita pintura al óleo de Jan van Eyck, un destacado artista del periodo flamenco temprano. Se estima que la ejecutó alrededor de 1437. La obra representa a la Virgen María sentada en un trono de madera, bajo un dosel, amamantando al niño Jesús. Originalmente parte de un tríptico destinado a la devoción privada, ahora se exhibe en el Museo Städel en Frankfurt.
La pintura recibe su nombre de Carlos II, Duque de Parma y Lucca, quien la poseía a principios del siglo XIX. Muchos expertos en arte consideran que esta es una de las últimas obras de van Eyck y especulan que la Virgen María podría ser un retrato de Margaretha, la esposa del artista.
El simbolismo de la pintura es rico y significativo. Combina elementos de la "Madonna Lactante" y el "Trono de Sabiduría", presentando a María tanto como una madre nutricia como una figura regia. El trono en el que se sienta alude al trono de Salomón, y ella sirve simbólicamente como un altar que sostiene a Cristo, similar al altar en una misa.
La atención al detalle de van Eyck es evidente en el entorno. La habitación incluye elementos simbólicos, como frutas en el alféizar de la ventana, una imagen reflejada en la pared y objetos como candelabros y una jarra. Los intrincados diseños de las baldosas del suelo y la disposición de la habitación sugieren un pequeño espacio similar a una capilla.
Esta pintura forma parte de una serie de obras de la Madonna que van Eyck creó entre la finalización del Retablo de Gante y su muerte en 1441. La "Madonna de Lucca" es una de las seis piezas supervivientes de este período. Otras obras destacadas de esta serie incluyen el Tríptico de Dresde, la Madonna en la Iglesia, y la Madonna del Canciller Rolin.