Rhea americana

El ñandú, un ave no voladora nativa del este de América del Sur, es la especie aviar más grande del continente. Estas impresionantes aves pesan entre 20 y 27 kilogramos y alcanzan aproximadamente 1.5 metros de altura. También conocido por varios nombres locales, el ñandú está clasificado como Casi Amenazado por la UICN.

Descrito por primera vez por el renombrado naturalista Carl Linnaeus en el siglo XVIII, el ñandú pertenece a la familia Rheidae. Hay cinco subespecies, cada una habitando diferentes áreas abiertas como pastizales y sabanas.

Con sus largas patas, pequeñas cabezas y plumaje gris o marrón deshilachado, los ñandúes son inconfundibles. Generalmente son silenciosos, pero exhiben comportamientos notables, especialmente durante las exhibiciones de apareamiento. Fuera de la temporada de reproducción, a menudo forman bandadas. Su dieta es variada, incluyendo hojas anchas, frutas, insectos y pequeños animales.

Curiosamente, la estrategia reproductiva del ñandú es bastante singular. Los machos son los principales cuidadores, asumiendo la responsabilidad de incubar los huevos y cuidar a las crías. Las hembras, por otro lado, se aparean con varios machos y depositan sus huevos en diferentes nidos.

Depredadores como pumas, jaguares y perros asilvestrados representan amenazas naturales para los ñandúes. Sin embargo, las actividades humanas como la pérdida de hábitat, la caza y la conversión de pastizales en tierras agrícolas son amenazas significativas para su supervivencia. Aunque el comercio internacional de ñandúes capturados en la naturaleza está restringido, en algunas áreas se consideran plagas debido a sus hábitos alimenticios. En América del Norte y Europa, estas aves se crían para su carne, huevos, aceite y cuero.

En Alemania, una población asilvestrada de ñandúes se ha establecido, lo que ha provocado interacciones con agricultores locales y autoridades. Estas aves son vistas como una especie invasora, lo que ha generado debates sobre cómo gestionarlas. A pesar de estos desafíos, los esfuerzos de conservación están en marcha para proteger al ñandú y su hábitat natural.