Hechos sobre: Junonia coenia
La mariposa común de ojos de ante, conocida científicamente como Junonia coenia, se encuentra en la mayor parte de los Estados Unidos, excepto en el noroeste. Esta mariposa, perteneciente a la familia Nymphalidae, tiene su origen en África y ha evolucionado en distintas especies a lo largo de Asia. Prefiere hábitats abiertos con vegetación baja y algo de suelo desnudo.
Las orugas de la mariposa común de ojos de ante presentan hábitos intrigantes, especialmente en lo que respecta a su dieta y defensa. Se alimentan de plantas ricas en glucósidos iridoides, compuestos amargos que no solo hacen que su alimento sea menos apetecible para los depredadores, sino que también les proporcionan una defensa química eficaz. Estos compuestos pueden afectar tanto el crecimiento de las orugas como la salud de sus depredadores, influyendo en sus interacciones.
Las mariposas adultas comunes de ojos de ante son conocidas por sus llamativos patrones alares, con una envergadura que varía entre 2 y 2.5 pulgadas. Las orugas, que alcanzan hasta 1 5/8 pulgadas de largo, tienen patrones de color y espinas distintivos. En su fase de pupa o crisálida, adquieren un color marrón con marcas beige y una textura espinosa.
El linaje de la mariposa sugiere una migración desde África a Asia, donde eventualmente se diversificó en diferentes especies en varias regiones aisladas. Las orugas prefieren plantas como Plantago lanceolata y Lantana camara, particularmente aquellas ricas en glucósidos iridoides y flores amarillas en fase de floración.
En cuanto a la oviposición, las mariposas hembras utilizan señales químicas, como los glucósidos iridoides y el catalpol, para seleccionar los lugares adecuados para depositar sus huevos. Las larvas luego acumulan estos compuestos para defenderse de los depredadores. Estas orugas generalmente se alimentan solas y muestran poca agresividad entre ellas.
Respecto a la migración, las mariposas comunes de ojos de ante se desplazan con las estaciones para evitar temperaturas extremadamente frías. Prefieren hábitats conectados por corredores, lo que facilita sus movimientos. Sus depredadores incluyen hormigas, avispas, aves y pequeños mamíferos, pero los glucósidos iridoides en su dieta les proporcionan cierta protección. Sin embargo, un virus denominado densovirus de Junonia coenia puede infectar a las larvas, afectando su supervivencia.