Hechos sobre: Sierra Nevada bighorn sheep
La oveja cimarrona de Sierra Nevada, una subespecie única encontrada exclusivamente en las montañas de Sierra Nevada de California y Nevada, tiene una historia fascinante. Un estudio genético realizado en 2016 reveló diferencias significativas entre las tres subespecies de ovejas cimarronas de América del Norte, subrayando la singularidad de la variedad de Sierra Nevada. Desafortunadamente, para el año 2000, su número había disminuido considerablemente, lo que llevó a su inclusión en la lista federal de especies en peligro de extinción. Para 2016, había poco más de 600 de estos notables animales en estado salvaje.
Estas ovejas cimarronas son fácilmente reconocibles por sus variadas coloraciones, pezuñas especializadas que les permiten navegar por terrenos rocosos y sus distintivos cuernos curvados. Su esperanza de vida oscila entre 8 y 12 años. Socialmente, son bastante gregarias, con comportamientos que varían según el género, la temporada y las rutinas de apareamiento. Su hábitat se extiende desde el Parque Nacional de Yosemite hasta el Pico Olancha, caracterizado por terrenos escarpados y empinados con vegetación escasa.
Como herbívoras, las ovejas cimarronas de Sierra Nevada se alimentan principalmente de pastos, hierbas y plantas leñosas. Su población enfrentó amenazas significativas en el pasado, incluyendo la caza no reglamentada, enfermedades y depredación. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California, su número ha ido en aumento, alcanzando alrededor de 600 individuos para 2016.
El Programa de Recuperación de la Oveja Cimarrona de Sierra Nevada, iniciado en 1999, ha jugado un papel crucial en su conservación. Las estrategias clave han incluido el monitoreo de la población, la preservación del hábitat y la reubicación de ovejas a nuevas áreas. Un esfuerzo notable en 2014 consistió en la reubicación de un grupo de ovejas cimarronas en el Parque Nacional de Sequoia, con el objetivo de establecer una nueva población en el lado occidental de la Sierra Crest.
Gracias a estos esfuerzos dedicados, el futuro de la oveja cimarrona de Sierra Nevada parece un poco más prometedor, destacando la importancia del trabajo continuo de conservación.