Hechos sobre: Conepatus chinga
El zorrillo hocicudo de Molina es una criatura fascinante, similar al zorrillo común, pero con características únicas. Estos animales tienen el mismo mecanismo de defensa que sus parientes, utilizando glándulas odoríferas para rociar un líquido de olor fétido cuando se sienten amenazados. Curiosamente, tienen una resistencia natural al veneno de las víboras de foseta. Se pueden reconocer por sus delgadas franjas blancas y sus distintivas narices rosadas y carnosas, que se asemejan a las de los cerdos.
Estos zorrillos son nativos de la zona central y sur de América del Sur, con un rango que abarca países como Chile, Perú, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil. Prefieren regiones templadas y áreas abiertas, especialmente el bioma de las Pampas. Los zorrillos hocicudos de Molina son generalmente animales solitarios, cada uno ocupando un territorio de aproximadamente 1.66 individuos por kilómetro cuadrado. En ocasiones, sus territorios se superponen, pero usualmente se juntan solo para aparearse.
Activos durante la noche, los zorrillos hocicudos de Molina son omnívoros. Su dieta incluye aves, pequeños mamíferos, huevos, insectos, hojas y frutas. Sus dientes están especialmente adaptados para moler, lo que les ayuda a manejar su dieta variada. Actualmente, están clasificados como de "Preocupación Menor" en la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, enfrentan amenazas debido a la destrucción y fragmentación de su hábitat causada por actividades humanas como la agricultura, la construcción de carreteras y el desarrollo urbano.
A pesar de estos desafíos, estos zorrillos han demostrado resiliencia al adaptarse a vivir cerca de estructuras hechas por el hombre, como cercas y edificios, cuando sus hábitats naturales están comprometidos.