Hechos sobre: Lycalopex culpaeus
El culpeo, también conocido como zorro culpeo, zorro andino o zorro colorado, es una fascinante especie de zorro nativa de Sudamérica. Es el segundo cánido más grande del continente, después del lobo de crin. Con su pelaje gris y rojizo, mentón blanco, patas rojizas y una tenue raya en la espalda, el culpeo guarda un notable parecido con el zorro rojo.
En cuanto a su dieta, el culpeo es un depredador oportunista. Principalmente se alimenta de roedores, conejos, aves y lagartijas, pero también consume material vegetal y carroña. Ocasionalmente, incluso puede cazar ovejas. A pesar de ser cazado, el culpeo no se encuentra actualmente en riesgo de extinción.
Los machos culpeos suelen pesar alrededor de 11,4 kg, mientras que las hembras son más ligeras, con aproximadamente 8,4 kg. Su peso puede variar entre 5 y 13,5 kg. Incluyendo la cola, miden entre 95 y 132 cm de longitud, con la cola misma midiendo entre 32 y 44 cm de largo.
Estos animales adaptables se pueden encontrar en una variedad de hábitats a lo largo del oeste de Sudamérica, desde Ecuador y Perú hasta la Patagonia y Tierra del Fuego. Algunas poblaciones incluso existen en el sur de Colombia y las Islas Malvinas. Prosperan en entornos que van desde bosques templados lluviosos hasta desiertos, llegando hasta la línea de árboles a 4.800 metros sobre el nivel del mar.
Los culpeos son conocidos por su dieta diversa, que incluye roedores, lagomorfos, ganado doméstico y crías de guanacos. También ayudan a controlar las poblaciones introducidas de conejos al alimentarse de ellos y se sabe que consumen carroña.
La temporada de apareamiento del culpeo es entre agosto y octubre. Después de un período de gestación de 55 a 60 días, las hembras dan a luz camadas de dos a cinco crías. La clasificación del culpeo ha sido objeto de debate, ubicándoselo en diferentes géneros como Dusicyon, Canis, Pseudalopex y Lycalopex. Actualmente, a menudo se clasifica bajo el género Lycalopex o Pseudalopex.
El culpeo comparte su hábitat con otras especies como el puma, pero la diferencia de tamaño ayuda a reducir la competencia. Se sabe que los culpeos dominan a posibles competidores e incluso se alimentan de la carroña de vicuñas. Curiosamente, el culpeo fue una vez domesticado para crear el perro fueguino, que desafortunadamente se extinguió entre 1880 y 1919.