Hechos sobre: Phoenicopterus
Los flamencos, a veces denominados "flamingoes", son fascinantes aves zancudas pertenecientes a la familia Phoenicopteridae, la única familia del orden Phoenicopteriformes. Existen cuatro especies de flamencos en las Américas, incluyendo el Caribe, y dos especies en África, Asia y Europa. El nombre "flamenco" proviene de la palabra portuguesa o española "flamengo", que significa "de color de llama", mientras que su nombre científico "Phoenicopterus" significa "de plumas rojas como la sangre".
Inicialmente, se pensaba que los flamencos estaban estrechamente relacionados con aves de patas largas como los ibis y las espátulas. Sin embargo, investigaciones genéticas recientes sugieren que están más emparentados con los zampullines. Uno de los comportamientos más llamativos de los flamencos es su costumbre de pararse en una pierna, lo cual los expertos creen que les ayuda a conservar el calor corporal. Estas aves son omnívoras y su dieta incluye camarones de salmuera, algas, insectos y crustáceos.
Los flamencos son increíblemente sociales y viven en grandes colonias, lo que les ayuda a evitar depredadores y a encontrar alimento de manera más eficiente. Forman fuertes lazos de pareja y protegen celosamente sus territorios de anidación. Ambos padres participan en la crianza de sus polluelos, alimentándolos con una sustancia especial conocida como leche de buche.
En términos de conservación, los flamencos se encuentran en zoológicos de todo el mundo, donde se realizan esfuerzos para fomentar su reproducción. Un método interesante implica el uso de espejos para hacer que las aves piensen que el grupo es más grande de lo que realmente es.
Históricamente, los flamencos han tenido una importancia cultural significativa. Los antiguos romanos valoraban sus lenguas como un manjar, y el pueblo Moche de Perú a menudo los representaba en su arte. Los flamencos también son el ave nacional de las Bahamas y han sido cazados por diversas razones, incluyendo la creencia de que podían curar la tuberculosis. Hoy en día, las estatuas de flamencos de plástico rosa son un adorno popular en los jardines de los Estados Unidos, añadiendo un toque caprichoso a muchos patios.