Hechos sobre: Chrysemys picta
La tortuga pintada es una de las especies más comunes en América del Norte, prosperando en áreas de agua dulce de movimiento lento, como estanques, lagos y pantanos. Es la única especie del género Chrysemys, perteneciente a la familia Emydidae, y ha existido durante aproximadamente 15 millones de años. A lo largo del tiempo, han surgido cuatro subespecies distintas, especialmente durante la última glaciación.
Estas tortugas son extremadamente interesantes. Las hembras de la tortuga pintada generalmente son más grandes que los machos. Poseen caparazones superiores oscuros y piel de color oliva a negro, adornada con rayas de colores en sus patas, cuello y cola. Cada subespecie tiene marcas distintivas en el caparazón que permiten diferenciarlas. Su dieta incluye principalmente plantas acuáticas, algas, insectos, crustáceos y peces pequeños. Mientras que las tortugas jóvenes son vulnerables a los depredadores, los adultos están bien protegidos por sus duros caparazones.
Las tortugas pintadas son diurnas, lo que significa que están activas durante el día y dependen del calor del sol para mantenerse activas. En invierno, hibernan. Estas tortugas se aparean en primavera y otoño, y las hembras ponen huevos en tierra desde finales de la primavera hasta mediados del verano. Las tortugas jóvenes crecen hasta alcanzar la madurez sexual, que ocurre a diferentes edades para machos y hembras.
En el folclore algonquino, la tortuga pintada a menudo aparece como una figura de embaucador. Hoy en día, es honrada como el reptil oficial en cuatro estados de EE.UU. A pesar de amenazas como la pérdida de hábitat y los accidentes de tráfico, las tortugas pintadas se han adaptado bien a los entornos alterados por los humanos. Esta adaptabilidad les ha permitido seguir siendo la especie de tortuga más abundante en América del Norte, con algunas viviendo más de 55 años en la naturaleza.
Los científicos han estudiado extensamente varios aspectos de la tortuga pintada, incluyendo su caparazón, comportamiento, dieta, ciclo de vida y hábitat. Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger a estas tortugas, aunque las poblaciones locales han disminuido debido a diversas amenazas. Las tortugas pintadas también han sido mantenidas como mascotas, utilizadas en disecciones educativas e incluso consumidas como alimento en algunas áreas. Tienen un significado cultural, apareciendo en el folclore, como símbolos estatales y en marcas comerciales, personificando la resiliencia y adaptabilidad en muchos contextos.