Hechos sobre: Gofio
El gofio es una harina singular de las Islas Canarias, obtenida al tostar granos o plantas feculentas, a menudo con una pizca de sal. Este ingrediente polifacético ha sido un elemento esencial de la gastronomía canaria durante siglos y ha expandido su influencia a lugares como el Caribe, el Sahara Occidental, Argentina, Uruguay y Chile. En las Islas Canarias, el gofio se muele finamente, de manera similar a la harina común.
La historia del gofio se remonta a los guanches, los habitantes originales de las Islas Canarias, quienes lo elaboraban a partir de cebada y ciertos rizomas de helecho. El término "gofio" proviene del idioma aborigen de Gran Canaria. Curiosamente, los bereberes del norte de África tenían una harina de cebada tostada similar llamada "arkul." En Marruecos, existe una mezcla parecida conocida como "sellou" que combina harina tostada, pasta de almendra, miel y otros ingredientes. El gofio incluso ha navegado por los océanos, utilizándose en expediciones como la "Ra II" de Thor Heyerdahl.
Las harinas de granos tostados no son exclusivas de las Islas Canarias; aparecen en varias cocinas alrededor del mundo. Por ejemplo, el "tsampa" tibetano es otro ejemplo notable. Tostar los granos antes de molerlos no solo elimina toxinas del moho, sino que también realza el sabor al crear azúcares complejos. En el Sahara Occidental, el gofio se disfruta a menudo con leche, azúcar y agua.
En las Islas Canarias, el gofio se elabora a partir de una variedad de cereales y legumbres, siendo el maíz y el trigo los más comunes. Es increíblemente versátil, encontrándose en sopas, guisos, postres y más. Rico en nutrientes, el gofio fue especialmente vital durante los tiempos difíciles que siguieron a la Guerra Civil Española. Se puede consumir como una mezcla similar a la masa o añadir a la leche para un desayuno sustancioso. Hoy en día, el gofio incluso se utiliza en productos modernos como helados y cervezas.
Más allá de las Islas Canarias, el gofio ha dejado su marca en otras regiones. En el Caribe, se disfruta como un tentempié y se vende como dulce en Puerto Rico y la República Dominicana. Argentina, Chile, Panamá, Venezuela y Uruguay también han adoptado el gofio en su cocina, gracias a la influencia canaria.