Iglesia de la Natividad de la Madre de Dios de Durro

La Nativitat de Durro, situada en el corazón del Valle de Boí, en la provincia de Lleida, es una joya del románico catalán que se alza con un esplendor que desafía el paso del tiempo. Esta iglesia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los ejemplos más representativos del arte románico en Cataluña y forma parte del conjunto de iglesias románicas del Valle de Boí.

Construida en el siglo XI, La Nativitat de Durro se caracteriza por su arquitectura austera y funcional, típica del románico. Su planta es basilical, con tres naves separadas por columnas y culminadas por ábsides semicirculares. La sobriedad de las líneas se ve realzada por la belleza de los frescos que decoraban su interior, algunos de los cuales se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

El campanario de La Nativitat es una de las estructuras más emblemáticas del románico catalán, destacando por su altura y decoración. Es de planta cuadrada y tiene seis pisos, con ventanas geminadas y arcos de medio punto que refuerzan su aspecto fortificado.

La iglesia ha sido objeto de diversas restauraciones a lo largo de los años para preservar su estructura y arte. La Nativitat de Durro no solo es un testimonio de la fe religiosa de la época, sino también un reflejo de la organización social y del poder de la Iglesia en la Cataluña medieval.