Molino de la Albolafia, Córdoba

En el corazón de Córdoba, a orillas del río Guadalquivir, se alza el Molino de la Albolafia, un emblemático hito histórico que encapsula la rica herencia de la ciudad. Esta estructura, cuyos orígenes se remontan al periodo de dominación musulmana en la península ibérica, fue parte de un sistema de molinos que utilizaba la corriente del río para moler el grano.

El Molino de la Albolafia, con su singular silueta, ha sido testigo de la evolución de Córdoba a lo largo de los siglos. Fue mencionado por el geógrafo árabe Al-Idrisi y, en su época, representaba una destacada innovación técnica. Aunque originalmente se construyó para fines agrícolas, el molino también ha tenido un papel simbólico y decorativo, especialmente durante el reinado de Isabel la Católica, quien ordenó que se detuviera su funcionamiento porque el ruido interrumpía su descanso.

Hoy en día, el Molino de la Albolafia es un recordatorio palpable del ingenio humano y de la importancia del agua en el desarrollo de las civilizaciones. Aunque no se encuentra en funcionamiento, su presencia en la ribera del Guadalquivir ofrece a los visitantes y a los cordobeses un espacio de reflexión sobre el pasado y un marco incomparable para la fotografía, especialmente al atardecer, cuando el sol tiñe de oro las piedras centenarias.