Hechos sobre: Viverra tangalunga
La civeta malaya, conocida también como civeta de Malasia o civeta oriental, es un animal fascinante nativo de la Península de Malaca, Sumatra, Borneo, el Archipiélago de Riau y Filipinas. Debido a su amplia distribución y capacidad para prosperar en diversos entornos, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la ha clasificado como de "Preocupación Menor". Esta especie fue descrita por primera vez por John Edward Gray en 1832, quien le atribuyó el nombre científico de Viverra tangalunga.
Es posible encontrar la civeta malaya en una variedad de lugares, incluidos Indonesia, Malasia, Brunei, Filipinas y Singapur. Son altamente adaptables y habitan en bosques, tierras de cultivo e incluso en proximidad a aldeas, pudiendo encontrarse a elevaciones de hasta 1100 metros. Estas civetas son animales solitarios, principalmente terrestres, con una dieta mixta que incluye invertebrados, pequeños vertebrados y frutas. Curiosamente, sus poblaciones son más densas en bosques intactos en comparación con aquellos que han sido talados.
No obstante, la civeta malaya enfrenta varias amenazas. La captura y caza representan peligros significativos, al igual que la competencia con otros animales frugívoros. La explotación maderera en Borneo también afecta negativamente sus números. Aunque están protegidas bajo la Ley de Protección de la Vida Silvestre de Malasia, a menudo se las considera plagas en áreas rurales debido a su depredación de pequeños animales domésticos y daños a huertos frutales. En estos casos, a los agricultores se les permite dispararles si causan daños a la propiedad.
A pesar de estos desafíos, existen esfuerzos de conservación en curso para proteger a la civeta malaya. Aunque enfrentan amenazas localizadas y conflictos con actividades humanas, su población general permanece estable, gracias en parte a su adaptabilidad y a las protecciones vigentes.