Hechos sobre: Puma concolor
El puma, también conocido como león de montaña, león americano y tigre rojo, es un notable felino grande nativo de las Américas. Científicamente llamado Puma concolor, este majestuoso animal se encuentra desde el Yukón canadiense hasta los Andes del sur en América del Sur, lo que lo convierte en el mamífero salvaje grande con la mayor distribución en el Hemisferio Occidental.
Los pumas son increíblemente adaptables y pueden prosperar en diversos hábitats a lo largo de las Américas. Son los segundos felinos más pesados del Nuevo Mundo, después de los jaguares. Estos depredadores solitarios y mayormente nocturnos tienen una relación cercana con felinos más pequeños, como los gatos domésticos. Su dieta consiste principalmente en ungulados como los ciervos, pero no rehúyen de presas más pequeñas como insectos y roedores. Típicamente, los pumas son territoriales y prefieren evitar a los humanos, aunque los encuentros se están volviendo más comunes a medida que las personas invaden sus hábitats.
En el pasado, la caza intensiva y la destrucción del hábitat llevaron a una disminución significativa en las poblaciones de pumas en muchas áreas. A principios del siglo XX, el puma norteamericano casi había desaparecido del este de América del Norte, excepto por una pequeña población de panteras de Florida. Taxonómicamente, los pumas están estrechamente relacionados con los jaguarundis y los guepardos.
Los pumas tienen un pelaje liso que generalmente varía de leonado a gris plateado o rojizo. Sus grandes patas y poderosas patas traseras los convierten en excelentes saltadores y cazadores ágiles. Pueden correr a velocidades de entre 64-80 km/h. Estos felinos prefieren ambientes con densa maleza y terrenos rocosos, que proporcionan la cobertura perfecta para acechar a sus presas.
A pesar de su amplia distribución, las poblaciones de pumas están en declive debido a la pérdida y fragmentación del hábitat. Enfrentan amenazas como la caza furtiva y los conflictos con humanos. Los esfuerzos de conservación son cruciales para proteger a estos animales, con iniciativas como corredores de vida silvestre y áreas protegidas que juegan un papel vital.
La relación entre los pumas y los humanos es compleja. Aunque los ataques a humanos son raros, ocurren, a menudo cuando un puma se siente acorralado, amenazado o está en mal estado de salud. A veces, los pumas atacan al ganado, lo que genera tensiones con los ganaderos. No obstante, estos animales son admirados por su gracia y poder, y ocupan un lugar significativo en las culturas indígenas y como mascotas de varios equipos deportivos.