Hechos sobre: Tomistoma schlegelii
El falso gavial, también conocido como gavial malayo o gavial de Sunda, es un cocodrilo de agua dulce que habita en la península de Malasia, Borneo, Sumatra y Java. Esta fascinante especie está actualmente catalogada como Vulnerable en la Lista Roja de la UICN, con una población global estimada entre 2,500 y 10,000 individuos maduros. Su nombre científico, *Tomistoma schlegelii*, honra al herpetólogo alemán Hermann Schlegel.
En cuanto a su clasificación, los falsos gaviales tienen un hocico que se ensancha en la base, lo que los hace parecerse más a los cocodrilos verdaderos que a sus parientes los gaviales. Los estudios moleculares indican que son los parientes más cercanos del gavial y cada vez más se los está categorizando en la familia Gavialidae.
Los falsos gaviales son conocidos por su distintiva coloración marrón rojiza oscura, adornada con manchas y bandas transversales. Sus hocicos largos y delgados, junto con sus dientes en forma de aguja, son características sobresalientes. Estas impresionantes criaturas pueden alcanzar hasta 5 metros de longitud, especialmente los machos, lo que los convierte en uno de los cocodrilos más grandes con hocicos delgados.
Se puede encontrar a los falsos gaviales en la península de Malasia, Sarawak e Indonesia, donde habitan principalmente en pantanos de turba y bosques pantanosos de tierras bajas. Desafortunadamente, su existencia está amenazada por la destrucción del hábitat, la caza por su piel y carne, y la recolección de sus huevos para consumo.
En términos de conservación, los falsos gaviales están listados en el Apéndice I de CITES, lo que les otorga el mayor nivel de protección contra el comercio internacional. Los esfuerzos gubernamentales en Malasia e Indonesia están en marcha para prevenir su extinción, y algunas poblaciones muestran signos de recuperación. Sin embargo, persisten desafíos como la destrucción continua del hábitat y los conflictos entre humanos y vida silvestre.
En cuanto a la reproducción, los falsos gaviales construyen nidos en forma de montículos, con las hembras depositando pequeñas camadas de huevos. Después de aproximadamente 90 días, los jóvenes eclosionan, aunque no reciben cuidado parental. Ha habido casos de conflictos entre humanos y falsos gaviales, incluidos varios ataques fatales verificados.
Los registros fósiles muestran que se han descubierto especies extintas relacionadas con el falso gavial en varias ubicaciones. A pesar de los esfuerzos concertados de conservación, el falso gavial continúa enfrentando amenazas y desafíos significativos, lo que hace que su supervivencia en la naturaleza sea una preocupación constante.