Hechos sobre: Acinonyx jubatus soemmeringii
El guepardo del noreste de África, también conocido como guepardo de Sudán, es una subespecie fascinante de guepardo que habita en los paisajes del noreste africano, particularmente en países como Sudán del Sur y Etiopía. Desafortunadamente, se dispone de poca información sobre su situación en Eritrea, Yibuti, Somalia y Sudán. Descrito por primera vez por Leopold Fitzinger en 1855, se estima que la población asciende a unos 950 individuos, la mayoría de los cuales reside en áreas protegidas de la región.
Curiosamente, este guepardo está más estrechamente relacionado con el guepardo del sur de África que con el guepardo del Sahara. Estudios evolutivos sugieren que el guepardo del noreste de África se separó de sus parientes del sur de África entre 32,200 y 244,000 años atrás.
Respecto a su apariencia, el guepardo del noreste de África se asemeja considerablemente al guepardo del este de África, exhibiendo un pelaje denso y ocráceo con manchas distintivas y parches blancos. No obstante, presenta algunas características únicas, como la ausencia de manchas en las patas traseras y una cola notablemente gruesa.
Estos guepardos prosperan en espacios abiertos, praderas y áreas semiáridas donde la presa es abundante. Principalmente cazan herbívoros, pero enfrentan amenazas de depredadores más grandes como leones y hienas. Las actividades humanas, incluyendo la caza furtiva, la pérdida de hábitat y el comercio ilegal de vida silvestre, también representan riesgos significativos para su supervivencia.
Se están llevando a cabo esfuerzos para conservar el guepardo del noreste de África, incluyendo programas de cría en Europa y el Medio Oriente, proyectos de cría semi-cautiva en Yibuti y iniciativas de reintroducción en la Península Arábiga. El Proyecto de Conservación de la Vida Silvestre de Etiopía también trabaja arduamente para aumentar la población de guepardos y otras especies en peligro en el país. Dado que los guepardos son notoriamente difíciles de criar tanto en la naturaleza como en cautiverio, estos esfuerzos de conservación son cruciales para su supervivencia continuada.